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Zapatero no es el problema, lo son todos ellos

Rajoy terminó su intervención de ayer en el Congreso espetándole a un anulado Zapatero su argumento definitivo: el PP no votará el decreto-ley de recortes del gasto porque sólo serviría para mantener a Zapatero en el poder, y el problema peor –la madre de todos los problemas- tiene un nombre, y ese nombre es Zapatero. Sin embargo, no llegó a pedir elecciones anticipadas, como hacemos nosotros y, gran novedad, esta vez también CIU. Durán i Lleida lo soltó sin ambages: es usted un incompetente, políticamente está muerto y no queremos verle más, así que no cuente con nosotros para aprobar los Presupuestos del año que viene. Lo que viene a significar que el Gobierno de Zapatero caerá en enero-febrero ante la imposibilidad de sacar adelante unos Presupuestos obligadamente restrictivos y altamente impopulares tras años y años de ostentosos dispendios populistas y enervantes derroches de nuevo rico corrupto. Y que, por lo tanto y si algún pacto milagroso no lo remedia -¡que tampoco cabe descartarlo!-, tendremos elecciones anticipadas el 2011, pese a la indiscutible voluntad de Zapatero y PSOE de aguantar como fuera hasta marzo de 2012.

Pero no quería perderme en cábalas sobre si habrá o no anticipación electoral, que en cualquier caso sería forzada cuando más le convenga a CIU y seguramente al PNV, conveniencia sobre la que volveré luego. Me parece más importante dirimir si Rajoy y Durán i Lleida tienen razón cuando aseguran que el problema se llama Zapatero, sobre todo por la solución que se sigue de esta premisa: si muerto el perro se acabó la rabia, ido Zapatero volverá la prosperidad. ¿Es esto cierto?: pues no, es otra mentira más.

Es indudable que Zapatero pasará a la historia como un sujeto lamentable: destruyó el consenso antiterrorista iniciando una temeraria negociación con ETA que acabó fatal; se sacó de la manga una absurda “Alianza de Civilizaciones” para enmascarar una política internacional raquítica y el apoyo incondicional a regímenes como el cubano, el venezolano y el marroquí; destrozó la ya débil autonomía de la justicia con constantes intervenciones y manipulaciones gubernamentales –de la reinterpretación de la Ley de Partidos al reparto del CGPJ, pasando por la innecesaria Ley de la Memoria Histórica- que han llevado al actual colapso del Tribunal Constitucional y al caso Garzón; alentó el separatismo catalán con la insensata e inconstitucional promesa de bendecir en Madrid cualquier pacto estatutario conseguido en Barcelona, agravando hasta el extremo el desmantelamiento del Estado constitucional… La lista puede alargarse, culminando en el actual desastre de la política financiera, consecuencia de la obstinada e irracional negación de las reglas de juego que impone la realidad tanto en economía como en cualquier otro ámbito de la acción humana, a saber: la prevalencia de los hechos objetivos sobre las opiniones interesadas, por mucha hermenéutica que le echemos a la cosa. Zapatero ya es un zombi político a la espera de un entierro digno, y pasará a la historia como un representante del irracionalismo político más extremado, de un activismo puramente retórico carente de ideas, proyectos, criterios, fines o metas distintas al disfrute y permanencia en el poder, incluso al precio de la destrucción de las bases institucionales que lo sustentan y legitiman.

Ahora bien, Zapatero no ha sido ni es el único responsable de que todo esto haya pasado. Le ha acompañado su partido, el PSOE, “críticos” incluidos. También los periodistas y empresarios, banqueros e inmobiliarios que se disputaban sus favores, los tertulianos que alababan su baraka, los jueces y fiscales trepas que se plegaban a sus intereses y tantos otros. La burbuja inmobiliaria y la mala política financiera, como el mercado de trabajo dual y discriminatorio y otros pertinaces desequilibrios económicos no son una creación de Zapatero, aunque hayan llegado al paroxismo bajo su lerdo mandato: vienen del modelo de crecimiento económico conocido como de Aznar-Rato. El PP también ha practicado en las comunidades y ayuntamientos que controla el mismo sistema de compra de voluntades y dispendios populistas que critica ácidamente al PSOE. Los vecinos de Madrid no están menos endeudados por la megalomanía decorativa de Gallardón que los de Barcelona por el soberanismo imitativo de Maragall y Montilla (esa birria de nacionalismo-kitsch que es a la ideología lo que Lladró al arte).

¿Y qué decir de los nacionalistas? ¿No han participado con entusiasmo, y con más beneficios que nadie, en el desmantelamiento y reparto del Estado común? ¿No han votado las políticas financieras, fiscales y laborales de todos estos años? ¿O es que sin los apoyos alternos y altamente cotizados de CIU, PNV, ERC, BNG, CC y compañía todo esto hubiera sido posible? ¿Alguien ha hecho más que los nacionalistas por deteriorar la educación pública, trocear el mercado interior, multiplicar hasta el delirio las administraciones, atacar con saña todo símbolo de unión nacional, manipular la comunicación pública, instaurar la discriminación…? ¿Serán ahora CIU y PNV los llamados a salvarnos precipitando unas elecciones anticipadas en las que venderán muy caro su apoyo a un PP incapaz de conseguir mayoría absoluta por sus propias responsabilidades en el deterioro del sistema?

Así que no nos precipitemos. Desde el punto de vista de la retórica populista, acusar a Zapatero de todos los males es totalmente acertado y un modo eficaz de hurtar la propia responsabilidad. Algo previsible y me temo que tan inevitable como difícil es escuchar en España un discurso político complejo, responsable y comprometido con fines de interés general. Pero igual de previsible e inevitable es que cualquier gobierno del PP con apoyo nacionalista que suceda al socialista hará lo posible por mantener el estatus-quo cargando el peso de la crisis sobre los más indefensos, echando la culpa a los socialistas por tener que hacerlo, y preservando en lo esencial el sistema político desquiciado y degradado que soportamos. De ahí la prisa de Durán i Lleida por echar a Zapatero mas no antes de que pueda recoger el fruto de la traición. Como pasó en Italia tras el derrumbe de la Democracia Cristiana, el PCI y los demás viejos partidos, quieren parar todos los cambios de fondo para heredarse a sí mismos. Esa vieja música siciliana de sobra soportada…

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9 comentarios a “Zapatero no es el problema, lo son todos ellos”

  1. IGNACIO dice:

    El artículo de Carlos es muy oportuno. Zapatero es un desastre, pero no es el desastre. La política de vivir por encima de nuestras posibilidades arranca de los últimos gobiernos de Gonzalez, se perpetua con los gobiernos del PP -recordad a ese irresponsable que se llama Montoro y que aconsejaba a los españoles que nos endeudaramos- y continúa con los gobiernos de Zapatero, incapaces de reaccionar ante la crisis. Ha sido una política avalada por banqueros, empresarios y sindicatos, por comunidades autónomas y ayuntamientos. En vez de trabajar, educar y ser productivos, vivir del cuento y del subsidio. Espero que mucha gente deje de votar al PSOE, pero que no sea para ir de Guatemala a Gautepeor.

  2. Sake dice:

    -Vanidad todo es vanidad, es lo que creo.
    -La verdad es que hay un coro de interesados en prosperar que les importa un bledo la bondad de las decisiones.
    -Todos quieren un puesto lo demás no les importa.
    -Y éso en PP en PSOE y en todos los partidos.
    -Yo me pregunto ¿donde puede estar la solución a la Vanidad y las Ambiciones?.
    -En la verguenza de los ciudadanos honrrados.
    -Sí, algo hay de verguenza y decencia en el común de los ciudadanos y al final reacciona.
    -Yo creo que sí.
    -Yo afortunadamente también.

  3. Antonio dice:

    Para que el ataque de sinceridad del Presidente de la Junta de Andalucía fuese completo en vez de decir “Que Zapatero sea malo no les convierte a ustedes en buenos” debería haber dicho “Que nosotros seamos malos no les convierte a ustedes en buenos”

  4. Moncho dice:

    De acuerdo, ZP no es, por sí mismo, el Problema (de una forma u otra a este sujeto lo han mantenido casi todos, de Botín a Gallardón) pero es quien simboliza con más intensidad el Problema, más político y moral que económico. De ahí que su caída sea muy necesaria, precisamente por lo que tendría de simbólica, en una sociedad encenegada con los signos vácuos y las imágenes frívolas, de formas aparentes y presuntuosas sin la menor sustancia de valor artístico…a lo Lladró.
    La demanda de ¡Zapatero, dimisión!, apoyada por muchos ciudadanos decentes aunque también surja ya de corresponsables hipócritas del desastre, me parece eficaz y movilizadora porque, además, cada vez más gente la acompaña con las dos recetas nucleares de UPyD: la reforma electoral y la racionalización autonómica. Ahí debemos estar.

  5. jjms dice:

    Yo creo que el primer y principal responsable de lo sufrido en estos seis últimos años es el PSOE. El partido es el responsable de elegir al «Ser iluminati» como representante de su partido y candidato. Los españolitos que votamos solo pudimos optar entre él y el delfín de Aznar designado «DEDOCRÁTICAMENTE» cuando acudimos a las urnas en marzo del 2.004.

    Eso es una democracia representativa, ¡con un par!

    A lo largo de estos seis irrepetibles (eso espero) años, el PSOE que designó por 8 votos a ZP como candidato, ha sido la voz de su amo y nadie de ninguna corriente interna ha hecho lo más mínimo por evitar un desastre que estaba más que anunciado con semejante incapaz ventajista de la nueva política.

    No es fácil de comprobar esta aseveración que sigue, pero… creo que no ha existido período en la historia de España en que sus gobernantes hayan mentido y engañado tanto a la población. Cosa que vergonzantemente se ha venido haciendo con la complicidad y silencio culpable del partido en el poder.

    Da igual que ZP haya sido representante elegido por los compromisarios de aquel nefasto congreso, al ganar las elecciones de 2.004, ZP no era representante de los electores. Era el jefe de los representantes de los votantes, de los diputados y senadores que han actuado no en defensa de los intereses de sus electores, sino de las ocurrencias y veleidades de su JEFE. Esta es nuestra democracia ¡Con otro par!

    Así que cuando Rajoy se dirigía a los titulares de escaños socialistas en el Congreso, para pedirles que retiraran su apoyo a ZP, mientras sesudos analistas políticos lo juzgaban una postura absurda, en puridad democrática no lo era, muy al contrario.

    Una responsabilidad en primera persona que sí ha tenido a mi juicio ZP, ha sido la de desarticular a la única fuerza que podía representar la alternativa en nuestra «presunta» democrácia. Como los cascos del caballo de Atila… después de ZP… la NADA.

    Mucho se ha roto en estos seis últimos años y precísamente no hay posibilidades ahora de ponerse a reconstruir nada. Habrá que conformarse con lo menos malo, que será simplemente mantenerse y sobrevivir hasta que escampe, que están cayendo chuzos de punta.

  6. alcotarelo dice:

    Excelente análisis de la situación política de España. E indirectamente también del panorama electoral de UPyD. Sin embargo, una vez más estoy totalmente de acuerdo con mi muy apreciado jjms.

    Si bien es un hecho que los partidos nacionalistas son los que han apoyado initerrumpidamente al gobierno de Zapatero en el Parlamento, haciendo posible todas las políticas, medidas, desmanes y sinrazones que nos han llevado a la situación actual, es evidente que la principal responsabilidad corresponde a Zapatero y su gobierno. Por de inutiles e incompentes, pero sobre todo por su absoluta falta de escrúpulos disfrazada de buenas intenciones y populismo. Mientras llamaban patriotas de ojalata a la oposición (en contraposición a ellos mismos como grandes estadistas), no han dudado en socabar la unidad institucional (Estatut), desacreditar y deslegitimar desde el gobierno a todas las altas instituciones judiciales (TS, TC, CGPJ), sacrificar el interés general en el mercadeo de apoyos parlamentarios. Los medios controlados nos han informado con total normalidad y casi cotidianidad de la subasta al mejor postor (en sentido literal) de los Presupuestos Generales del Estado.

    Efectivamente el PSOE comparte la responsabilidad parlamentaria con CiU, PNV, ERC, CC y IU-iC. Sin embargo, la responsabilidad ejecutiva ha sido enteramente de Zapatero y sus secuaces.

    Y también efectivamente, parece que a partir de ahora veremos a todos estos nacionalistas cargar las culpas enteramente sobre el PSOE y Zapatero y su gobierno para evadir sus propias responsabilidades. A todos les interesa el linchamiento y sacrificio del culpable. Incluso al PP que sabe que necesitará pactar con los mismos nacionalistas para formar gobierno a no ser que obtenga mayoría absoluta, lo cual parece altamente improbable pese a las facilidades que les da el PSOE día tras día.

    Endosarle todos los males a Zapatero y su gobierno permitirá el PP presentarse electoralmente como los salvadores, sin necesidad de explicar cómo van a corregir la situación actual sin realizar la necesaria reforma del ineficiente, derrochador y corrupto estado de las autonomías. Una reforma que saben que no solo será incompatible con el apoyo parlamentario de los partidos nacionalistas, sino también con los propios intereses del Partido Popular en aquellas comunidades donde gobierna.

    A partir de ahora también es previsible que empecemos a ver un significativo aumento del buen rollito entre nacionalitas y peperos. Los últimos acontecimientos muestran que puede haber terminado ya la soledad parlamentaria del PP y el Pacto del Tinell. Pues exactamente igual que el PP puede necesitar a los nacionalistas en el Parlamento, CiU puede haber comprendido de una puñetera vez que necesita el apoyo del PP para gobernar en Cataluña y terminar con el tripartito. En el fondo, CiU (y no el PP que nunca tuvo opciones de gobernar en Cataluña) fue el gran perjudicado por aquel pacto.

    La situación PP-PNV parece algo más incierta. Parece poco probable un pacto de gobierno Urkullu-Basagoiti, pues supondría el fin del discurso antinacionalista del PP vasco. Anuque luego los hechos realmente no han sido tan claros, como muestran detalles como el apoyo del PP al cupo vasco, o la defensa que hizo la presidenta del parlamento vasco de sus antecesores nacionalistas (Atutxa y compañía) en su toma de posesión (y recordemos todo lo que hicieron estos antecesores cuando se negaron a aplicar primero la ley de partidos y luego las sentencias judiciales para disolver el grupo parlamentario de Batasuna). En política todo es posible, existen precedentes de buena sisntonía PP-PNV durante la primera legislatura de Aznar, y sobre todo Basagioti no es precisamente María San Gil.

    Si como parece, estos pactos PP-nacionalistas tienen lugar (sobre todo el más evidente con CiU), esta vez ya no se podrá decir que el PP no tenía otra opción como en 1996 (aunque siempre podrían haber convocado nuevas elecciones en lugar de aceptar gobernar en tales condiciones). Esta vez es posible que esta opción exista y se llame UPyD.

    El gran reto de UPyD será luchar contra la idea burda pero efectiva de que Zapatero es el problema y Rajoy la solución. Como se ha señalado tantas veces, el gran obstáculo para UPyD será el acceso a unos medios de comunicación (tanto públicos como privados) controlados por los partidos hegemónicos.

    En mi opinión la clave, más que « Zapatero no es el problema«, debería ser más bien Zapatero no es nuestro único problema.

  7. jjms dice:

    Una vez más, mi estimado co-bloguero Alcotarelo, coincido casi plenamente con tus planteamientos.

    El «CASI» viene determinado por que yo considero que el «gran reto de UPyD» está más allá de la cuita electoral más o menos inmediata entre PP y PSOE.

    Ellos van a tratar de repartirse unos millones de votos -a los que ahora nosotros no podemos aspirar-, como sea, a su estilo: Todo por el poder, sin que importen los medios. Todo por mantener unos privilegios de una casta política y a costa (y a espaldas) del electorado, de los españoles. En definitiva ellos van a mantener esta farsa de democracia representativa que en realidad no es otra cosa que una partitocracia, donde dos oligarquías de políticos no tan diferentes, se reparten el pastel cada cuatro años. Alrededor de los cuales, de esos dos tiburones, siempre navegan las rémoras que se mantienen de las migajas desprendidas de sus grandes bocados.

    Sin embargo… ¿vamos nosotros a ser capaces de renunciar a los restos de ese banquete desabrido? ¿podremos, sabremos y querremos evitar convertirnos en una más de esas rémoras?

    Solo tenemos sentido como partido político, en tanto en cuanto nos mantengamos alejados de la tentación de participar en ese reparto de las sobras.

    Y eso solo pasará si nuestros responsables y representantes elegidos son capaces de mantenerse fieles al rechazo de sus privilegios cuando lleguen a formar parte, de facto, de esa casta política.

    Por eso coincido con Alcotarelo en que no sería conveniente nuestra participación en eleciones municipales.

    • alcotarelo dice:

      Estoy de acuerdo en que un gran reto para UPyD será trascender la dicotomía política PP-PSOE. Pero siendo realistas, creo que en un futuro más o menos inmediato parece que UPyD deberá aspirar a jugar esa baza de partido cuña o bisagra para condicionar la política. Este hecho, unido al control y manipulación de los medios de comunicación obligará a UPyD a jugar el partido en campo contrario. Quiero decir, que los dos grandes partidos (por medio de la acción del gobierno y el control de los medios) serán en gran medida los que controlarán los tiempos y los argumentos del debate político. Eso será una dificultad para que UPyD haga llegar a la sociedad su propio mensaje.

      Pero además, efectivamente será también un reto para UPyD no perder la orientación (programas, ideas, planteamientos…) dentro de ese laberinto del juego político construido y controlado en gran medida por los dos grandes partidos.

      Creo que el otro gran reto para UPyD será la lucha contra la corrupción y el amiguismo y nepotismo dentro del propio partido. Esta cuestión tiene una importancia capital en una partido que se declara regenerador y reformista, y que además tiene a los grandes medios de comunicación en contra (no nos pasarán una en este sentido, aunque otros partidos tengan cientos de cargos imputados y condenados). Creo que no se debe caer en el error de creer que cualquier persona que se afilie o prospere dentro dentro la estructura del partido tenga que ser necesariamente más limpia que las personas de los otros partidos. Negar que en UPyD existen las luchas internas y los grupos (como en todos los partidos), solo puede conducir a la autocomplacencia y a no articular mecanismos de control. La corrupción tiene una componente social y cultural, así que puede afectar al partido exáctamente igual que a los demás. Lo que UPyD debe hacer es articular mecanismos efectivos de prevención, disuasión, detección, sanción, denuncia y expulsión.

      En este sentido, insisto en que la primera medida preventiva y disuasoria debería de ser no concurrir a las elecciones municipales, donde se encuentra una grandísima parte del pastel de la corrupción, y donde apenas se pueden lograr los objetivos de regeneración que persigue el partido. Insisto en que el riesgo excede con mucho a las espectativas y posibilidades.

  8. jjms dice:

    Efectívamente, tal como reza el título de la entrada de Don Carlos Martínez Gorriarán, «Zapatero no es el problema, lo son todos ellos». Lo son todos los componentes de la actual casta política que solo defiende sus propios intereses, no los de los ciudadanos, no los de los españoles como conjunto, como pueblo y como Nación.

    De ahí que mi comentario se centre en la necesidad de no vernos inmersos dentro de esa misma casta, compartiendo con ellos sus usos, costumbres e intereses. De ninguna manera podemos permitírnoslo, habríamos perdido automáticamente nuestra razón de ser.

    De cara a las próximas elecciones autonómicas y nacionales, al poder abrirse para nosotros las puertas de esos parlamentos con la posibilidad de obtener unos resultados más que razonables, debemos de dotarnos YA de las herramientas, códigos y órganos necesarios que eviten que se reproduzcan entre nuestros representantes electos lo que es práctica común aceptada entre los de los demás partidos.

    Necesariamente ha de ser nuestro ideario regenerador el fiel reflejo de TODAS las prácticas y usos de nuestros parlamentarios electos en TODO momento y circunstancia. Y es imprescindible que ello quede perfectamente garantizado a lo largo de los próximos años.

    Ningún parlamentario elegido bajo nuestras siglas podrá llamarse a engaño cuando, teniendo suficiente capacidad para hacerlo, podamos acometer las reformas que propugnamos y que necesariamente lesionarán los intereses económicos de partido y personales de la clase política de aquel momento en que se pueda producir.

    No podemos ser tibios a la hora de refrendar con hechos contrastados nuestro mensaje fuerza.

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