Un mundo unificado por una civilización común
El debate sobre los beneficios y perjuicios de internet es recurrente y predecible. Ha ocurrido lo mismo a lo largo de la historia cada vez que ha aparecido un nuevo medio de comunicación e información, y esta vez no iba a ser diferente. Platón, en la histórica transición de una cultura esencialmente oral a otra mucho más dependiente de la escritura, sucedido en su época en Grecia, advirtió contra los peligros de que ésta debilitara la capacidad de pensar (dialéctica) al sustituir el esfuerzo de reflexionar y recordar por la comodidad de conservar en libros ideas que podían poseerse, pero realmente no se comprendían. Cada vez que tropiezo con alguien que presume de sus muchos libros, como si poseerlos equivaliera a comprenderlos, reconozco que Platón tenía sus razones para alarmarse, pero también que esa actitud a la defensiva es la característica del pensamiento reaccionario (totalitario, para Popper). Ocurrió lo mismo con la irrupción de la imprenta, que muchos denunciaron como un nuevo mal para el conocimiento porque facilitaba su divulgación; luego pasó lo mismo con la extensión de las traducciones de la Biblia a lenguas comunes, con la divulgación de las enciclopedias, con la irrupción de la prensa barata y masiva, y finalmente con la aparición de la radio y la televisión comerciales. Cada vez que aparece un nuevo medio capaz de transformar en profundidad la comunicación o la conservación y producción de información, aparecen desinteresadas o interesadas almas afligidas por el cambio para advertirnos contra los peligros ominosos que les van unidos. Los apocalípticos (e integrados) analizados por Umberto Eco en uno de sus libros más logrados.
El último debate de moda sobre internet es sobre si la proliferación de herramientas que requieren atención personal –blogs, webs, redes sociales, correo electrónico- no nos estará volviendo más tontos que cuando no existían tales distracciones. Dudo de que una herramienta informativa haga más tonto a quien ya lo sea o que atonte a personas inteligentes. Más allá de la interacción de estas herramientas y hábitos de uso con la evolución fisiológica de nuestras capacidades cognitivas, está demostrado que facilitar el acceso a más información es fundamental para el progreso de la cultura. Así, es evidente que el uso masivo de la escritura hizo retroceder mucho el entrenamiento exigente de la memoria, pero no nos hizo más desmemoriados, sino más autónomos de la memoria personal y colectiva.
Donde mejor se aprecia en qué medida internet es un medio revolucionario de comunicación –me gustaría de paso subrayar que también es un medio, hay cierta tendencia a negar esta evidencia- es en el terreno de la lucha política. Aquí internet ha significado una auténtica revolución, y no tanto por el contenido de las reivindicaciones políticas como por la forma de transmitirlas, practicarlas y extenderlas. Algo que han comprendido muy bien los gobiernos autoritarios de Cuba, Irán o China, prohibiendo a sus súbditos el acceso universal a internet como medida de preservación de sus dictaduras. Sin lograr impedir, empero, que la ejemplar ciberactivista cubana Yoani Sánchez pueda reflexionar desde La Habana sobre la rebelión democrática en Egipto y otros países árabes. Como también descubrió tarde el gobierno de Mubarak, es posible desconectar internet pero no impedir por completo que los usuarios más avezados encuentren formas de seguir conectados con la ubicua red. Basta con un móvil actualizado y saber usarlo.
Por mi parte desconfío del romanticismo tecnológico de quienes creen que lo revolucionario de internet es que abole todas las barreras que separaban al género humano porque habría dejado de ser un medio para crear un espacio virtual libérrimo, o que constituye el germen de una democracia ácrata sin precedentes, mediadores ni representantes. La cosa no va por ahí. Lo revolucionario, en mi opinión, es que internet ha sustituido ventajosamente a los medios de comunicación tradicionales al instaurar un feed-back instantáneo imposible en aquéllos: ha terminado con la comunicación basada en la retroalimentación diferida, es decir, con la que incorpora una demora inevitable entre la emisión de una comunicación, su recepción social y sus consecuencias prácticas. Ahora es posible saber casi instantáneamente qué está sucediendo en cualquier lugar del mundo e incluso tratar de participar de algún modo en ello. Esta instantaneidad es la que comunicó a Egipto los disturbios de Túnez que consiguieron expulsar al sátrapa Ben Ali. Y al suprimir la diferencia de rol entre emisores y receptores, pues gracias a los blogs y redes sociales o sms cualquier emisor puede ser a la vez receptor, y viceversa, el efecto de la instantaneidad de la comunicación se multiplica potencialmente por tantas personas como estén conectadas a la red en algún sitio y momento.
La filtración de los papeles de Wikileaks llevó a muchos gurús del periodismo a advertir, con melancólicos tintes platónicos, que una cosa es pasar información y otra hacer periodismo (una diferencia cada vez más percibida por la gente, pero en sentido contrario al propuesto), pero no se trata de esto. Es evidente que una convocatoria para manifestarse en un punto a una hora dada, pasada por las redes sociales, no tiene nada que ver con un análisis sesudo del porqué de esa iniciativa y de sus consecuencias, pero es que nadie con sentido común confundirá una cosa con otra. La novedad radica en que ahora todos los interesados pueden saber, con sólo tener un teléfono móvil, si existe esa convocatoria y si deciden unirse a la misma o no, con efectos de inmediatez y sorpresa imposibles en los tiempos en que organizar una manifestación requería reuniones, imprimir octavillas y repartirlas, etc.
Por lo demás, el contenido de las reivindicaciones políticas de los manifestantes de Túnez o El Cairo no son novedosas en absoluto, ni parecen atontadas por internet. Todo lo contrario, reivindican lo característico de cualquier movimiento cívico y democrático: limpiar el sistema de corrupción, instituciones eficaces, gestión más transparente, respeto real a los derechos humanos y políticos básicos. El elemento religioso vinculado al islamismo ha tenido poco o ningún protagonismo pese al indudable arraigo y poder de los grupos de ese signo ideológico. ¿Tiene que ver algo internet con esa indudable secularización de las protestas políticas? Creo que sí: el acceso a la información de cualquier lugar del mundo a través de internet ha propiciado que los jóvenes y profesionales que han encabezado las protestas exijan para sí mismos y sus sociedades lo que tienen otras que conocen todo lo bien que permite un medio de comunicación en red. Un fenómeno que ya emergió en Irán o China, y reprimido por sus respectivas dictaduras, no por casualidad, como un indeseable brote de “occidentalización” política y cultural.
¿Está occidentalizando el mundo internet? Eso es lo que pretenden hacer creer y temer los partidarios del localismo, el nacionalismo y los particularismos de toda ralea. La realidad es que estamos asistiendo a la instauración de un mundo donde siguen conviviendo culturas diferentes, pero ahora inmersas en una civilización unificada. Porque es evidente que Al Jazeera hace televisión de un modo similar a la CNN, y que el uso de las redes sociales en Egipto, Sudáfrica o Rusia es idéntico, salvo en la extensión de su uso social, al vigente en España, Estados Unidos o Suecia. Y sería idéntico en China, Cuba o Irán si los gobiernos dictatoriales de esos países permitieran el libre acceso a las herramientas de información que brinda internet. Eso es lo más revolucionario que está sucediendo: que no sólo muchísima gente de culturas y lenguas diferentes puede acceder a la vez a la misma información, sino que además esa misma información significa lo mismo para todos ellos en cuanto que valores políticos y sociales. Es mucho más fácil entender qué es eso de la libertad y la igualdad cuando lo ves no como un valor abstracto y retórico contenido en las constituciones políticas, sino como algo que hacen millones de personas semejantes a ti en todo el ancho mundo: libre acceso a la comunicación e igualdad de oportunidades de acceso a la información y la educación.
8 comentarios a “Un mundo unificado por una civilización común”
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- Tweets that mention Un mundo unificado por una civilización común | Carlos Martínez Gorriarán -- Topsy.com - [...] This post was mentioned on Twitter by Manuel Alqsar, UPyD Chiclana and Carlos Martínez, Marea Magenta. Marea Magenta said:…
Al hilo de lo que dices, Carlos, no es ninguna sorpresa ver cómo Irán, Cuba, China o recientemente Egipto, cortan la salida de sus servidores a Internet para evitar la globalización de las barbaridades que protagonizan unos u otros dirigentes.
La ubicuidad de la información en Internet produce situaciones tan perversas como la que sufre actualmente Julian Paul Assange -fundador de Wikileaks-, que al mismo tiempo que recibe apoyos para ser nominado al Nobel de la Paz (que por cierto últimamente está muy barato), tiene que evitar su extradición por riesgo de morir so pena de muerte en algún que otro país más que sonrojado por las filtraciones que publica.
A nivel local, hay muchas minidictaduras escondidas tras nuestra devaluada democracia en la que alcaldes de un signo político o utro se perpetúan en el poder durante 20 años, haciendo de la villa su cortijo particular, controlando todos los medios que están a su alcance, y que hoy se tiran de los pelos porque su opinión pública más cercana empieza a informarse por Internet de lo que pasa en nuestros pueblos, y empiezan a entender que es posible que los medios de comunicación estén manipulados.
La corta historia de la democracia de nuestro país, de la única nación que hay desde Rocesvalles a Tarifa, nos ha demostrado que la manipulación de los medios de comunicación, aquellos que controlan los partidos mayoritarios, se ven cada vez más asfixiados para controlar y contenter todas aquellas realidades que se propagan por Internet a una velocidad millones de veces más rápida que la que les permiten las imprentas.
Las redes sociales, que nos permiten con Muros, Perfiles y Timelines, dar cuenta al minuto de lo que sucede están haciendo que las cuentas de resultados de los grandes medios tradicionales se acerquen al precipio sin remedio de rescate.
Gracias a la tecnología hoy somos un poco más libres, y gracias a ella también hay personas que cada vez lo tienen más dificil para esconderse.
Saludos y enhorabuena por este artículo.
clap! clap! clap!
-Amigo ¿no te ilusiona el hecho de que la libertad y la justicia sean entendidas de mismo modo aqui y en cualquier parte del mundo?.
-A quien no ilusiona el hermanamiento de los humanos.
-A los nacionalistas ¡por ejemplo!.
-Poco futuro tendrán los egoismos nacionalistas y locales.
-Afortunadamente.
-Y que lo digas.
Ahora vamos a descubrir la globalización, y el papel de internet en ello…
Por cierto, el término globalización es una mala traducción del inglés globalization, que debería ser traducido como mundialización, ya que el término the globe es en castellano la tierra o el mundo.
En castellano tener una visión o un enfoque global de un asunto no es necesariamente abordarlo cómo algo mundial, sino desde diferentes campos o puntos de vista, aunque sea en un ámbito local o reducido.
Sin menospreciar el papel de internet, que es indudable que lo tiene en las cosas que pasan hoy en día, la entrada me parece (a pesar de las precauciones) excesivamente eufórica. Seguimos dependiendo mucho de los medios tradicionales (aunque estos se difundan por internet) que son quienes ordenan y controlan la información. Las redes sociales tipo facebook o twitter tiene su utilidad al conectar a unas personas con otras, pero no unifican el mundo. El mundo sigue estando dividido e internet refleja también esa división. La estrategia terrorista del islamismo radical se está aprovechando de internet, como también se aprovechan los servicios secretos de EEUU para perseguir terroristas. Internet es, simplemente, un nuevo campo de batalla.
Respecto a lo que está ocurriendo en Túnez y Egipto conviene ser prudentes. A mi juicio las revueltas tienen que ver con la crisis económica, y hasta ahora se ha visto el descontento de la población. Pero no se ve claramente qué nuevo poder tomará las riendas.
Coincido en ciertos aspectos con RubenOv.
Hace tiempo que las diferencias culturales son cada vez menores, y que el mundo se va occidentalizando en muchos aspectos. Pero esto comenzó a suceder mucho antes de internet. Y si bien, es indiscutible que internet ha ejercido una gran influencia, no creo que sea ni el único ni el principal factor del cambio.
El conocimiento técnico, científico y tecnológico es cada vez más único mundial. El urbanismo, la construcción y la estética de las ciudades es cada vez más igual en todo el mundo. Ni siquiera los edificios singulares o de diseño son ya realmente singulares o particulares. La misma super-estación de tren, el mismo auditorio, el mismo museo y el mismo monumento que el Moneo, Perrault, Calatrava de turno ubican en París, Londres, Madrid, Cuenca, Oviedo, Hong-Kong, Río de Janeiro, Qatar, Sidney o Ciudad del Cabo podrían construirlo exáctamente igual en cualquiera de las otras ciudades. Y no digamos ya si hablamos de edificaciones más normales y modestas. Lo mismo se puede decir del urbanismo, que en España copia el modelo estadounidense de urbanizaciones residenciales, centros comerciales y polígonos industriales separados y desconectados entre sí y en los que el transporte público es ineficiente e inviable.
Esto mismo sucede en todos los campos. Cada vez hay menos diferencia entre un barco construido en Asia, uno europeo y uno africano. Atrás queda la época en que podíamos distinguir el típico pesquero del camtábrico del que pudieramos ver en Valencia o Murcia, y no digamos ya China.
Internet juega un papel importante en este cambio de lo particular a lo uniforme. Pero no más que el intercambio y la unificación de conocimientos, ideas y normas en los congresos internacionales que existen en cualquier campo.
En las artes sucede lo mismo. Los movimientos y las tendencias artísticas hace ya mucho que dejaron de ser nacionales para ser universales. Hoy la misma ópera se representa en Sidney, en Hong Kong, Nueva York y Frankfurt. Y no digamos ya el cine, dominado indiscutiblemente por Hollywood (si exceptuamos alguna excepción cómo Bollywood, o el minoritario cine europeo que sobrevive con subvenciones y no con espectadores).
Tal vez, en la literatura perdura más la diferencia cultural debido a la barrera lingüistica. Nunca será lo mismo una obra en su idioma que una traducida, ya que los idiomas conforman y condicionan la lógica expresada mediante ellos.
Internet es principalmente un medio de comunicación. Tanto de entre particulares (Sky-Pe sustituye a la telefonía, y el e-mail al correo convencional) como de masas. Sin embargo, estoy de acuerdo con RubenOv en que la comunicación periodística tradicional todavía conserva una gran importancia e influencia. mediante otros medios más convencionales como la TV, la radio y la prensa escrita. Y estos medios (sobre todo TV y radio) son oligolísticos, y controlables y controlados políticamente mediante concesiones.
Parece que la época de los grandes imperios empresariales de la comunicación se acabará en futuro más o menos cercano debido a internet. Pero desde luego, todavía eso no ha ocurrido ni está tan claro que vaya a suceder.
Al hilo de lo comentado por «alc» me gustaría hacer algunas observaciones: el flujo y reflujo de influencias a escala mundial no están haciendo un mundo más uniforme, al contrario, el mundo es mucho más heterogéneo y complejo. No hace tanto, en un pueblo de montaña de Asturias todas las casas eran mucho más iguales que ahora. Claro que se podrá decir que también eran mucho más distintas que las había en un pueblo de la costa mediterranea. Es posible. Pero la uniformidad, en el vestir, en el arte y en casi todo, es mucho menor ahora que hace un siglo o dos. Lo que ocurre es que ahora estamos familiarizados con los contrastes. Y en gran medida, gracias a la familiaridad que tenemos con lo diferente, todo nos parece banal e intrascendente. Por ejemplo la política. El desapego hacia la política tiene que ver con esa percepción de que más allá de la estética todo es lo mismo. ¿Pero lo es realmente? Si lo fuera deberíamos pensar que la democracia es una engañiza, una especie de «Show de Truman», donde todo vale lo mismo. Podemos pensar que como ya hemos alcanzado el fin de la historia realmente siempre tendremos el mejor gobierno posible, pero entonces ¿para qué demonios perder el tiempo con elecciones? Yo sigo pensando que hay diferencias sustanciales, por ejemplo, entre UPyD y el PNV, de lo contrario me importaría un bledo la política. Y si el islamismo radical me pareciese un modelo de convivencia igual que cualquier otro pues los atentados de Madrid me harían gracia. No, el mundo no es uniforme ni está unificado, no todo es lo mismo, y estoy bastante seguro de que nunca lo será. Cambalache, ese bonito y sabio tango argentino, tan recomendable.
Y bueno, internet tanto sirve para hermanar a la gente como para todo lo contrario. Y el que toma una postura o defiende algo es porque la defiende frente a otras que le parecen peores. Si todo fuese igual lo ideal sería dejarse llevar y no tomar partido. En internet tampoco todo el mundo piensa ni defiende lo mismo.
En la mayoría de los casos esto ha redundado en una pérdida de los estilos y modelos arquitectónicos y urbanísticos tradicionales. Como la sustitución de los tejados de teja o pizarra por uralitas, la piedra local por ladrillo industrial, etc. las modernidades pasajeras (genialidades de los años 60, 70 u 80 como casas de baldosines de piscina, etc.) que hoy son horteradas indiscutibles…). En Galicia, donde esto ha sido particularmente intenso, le llaman el ‘feísmo’.
Usando una terminología estadística, puedo estar de acuerdo en que la variabilidad intra-local haya aumentado, mientras que la inter-local ha disminuido. Lo que me parece muy discutible es que el balance final sea un aumento de la variabilidad total. De hecho, yo creo que ha disminuido en la mayoría de los ámbitos.
¿En qué se diferencian hoy el PP y PSOE?. Ideológicamente, cada vez en menos cosas, como evidencia la indeferencia en el PSOE en hacer unas políticas o las contrarias. Ambos partidos son agrupaciones de intereses particulares, con una organización interna de tipo mafioso (hasta con familias) basada en el ascenso dentro de la organización mediante la sumisión ciega al de arriba y al grupo de presión, y el intercambio y la devolución de favores. Ambos partidos con sus redes clientelares de grupos de comunicación y empresas. Son totalmente intercambiables. Y sus seguidores se consideran de izquierdas o de derechas de forma acrítica como quien es de un equipo de fútbol.
Estos dos partidos (PP y PSOE) junto con los nacionalistas conforman el panorama político mayoritario en España. Y a su vez los partidos nacionalistas son lo mismo entre sí pero aplicados a diferentes territorios. Tan sólo podemos diferenciar tal vez dos grupos: los de derechas (PNV, CiU, EA) y los de izquierdas (BNG, ERC, Batasuna…). Pero al igual que con PP y PSOE, la diferencia entre los de izquierdas y los de derechas es cada vez más un tópico que una realidad.
A este panorama uniforme escapan sólo los dos pequeños partidos minoritarios de ámbito nacional (iU y UPyD), que son deliberadamente ignorados por la prensa controlada por los dos grandes partidos y los nacionalistas.
En este panorama yo no aprecio más diferencias sustanciales entre unos y otros que el carácter nacional (PP y PSOE) o nacionalista (CiU, PNV, EA, BNG, ERC, Na-Bai, Batasuna…). Y en cuanto al carácter nacional de PP y PSOE me parece que habría mucho que matizar (como ha expuesto Carlos reiteradamente en este blog) ya que cada tratan de imitar más a los partidos nacionalistas y ambos funcionan como una federación de partidos regionales.
Creo que la mayoría de la gente tampoco aprecia grandes diferencias entre unos partidos y otros, y esa es la causa del desencanto y el desinterés de los ciudadanos por la política.
En cuanto a que si es lo mismo UPyD y el PNV… es que precisamente UPyD es el único que realmente se diferencia ya de la deriva nacionalista y confederal de todos los demás (PNV, pero también PP y PSOE).
Cada vez veo más claro el papel de internet como medio de comunicación entre personas (e-mail, messenger, Sky-Pe…). Como medio de comunicación de masas, también tiene mucha importancia, pero creo que todavía está lejos de acabar con la influencia de los grandes holdings empresariales (Vocento, Prisa, MediaPro, etc.) que controlan la prensa escrita, las televisiones y la radio. Y en cuanto a las redes sociales cada vez soy más escéptico de su importancia, y creo que son una moda pasajera sin mayor repercusión que el cotilleo.
No termino de creerme que las revueltas del magreb estén motivadas por estas redes sociales de internet. Si es así ¿por qué están sucedido de una en una por países y no todas a la vez?. Mi impresión es que van calando en cada país según las televisiones occidentales les van dedicando tiempo en los informativos. ¿Qué parte de la población de estos países tiene acceso a internet o un teléfono móvil con tarifa de datos (yo en España no la tengo, y creo que la mayor parte de la gente tampoco)?