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Cómo se financió Basta Ya (y a qué dedicamos ese dinero)

Parece que el sr. Luis Bárcenas ha filtrado a un medio de comunicación papeles de sus cuentas B y que, entre otras anotaciones, figura una cantidad de unos 3.000 euros para Basta Ya. Naturalmente, el dato ha despertado curiosidad. Como antiguo portavoz de aquel grupo, he dado las explicaciones que me han pedido a los medios que me las han solicitado. Pero poco han tardado algunos en tratar de implicar a Basta Ya, y a quienes formamos parte de ese grupo cívico ejemplar (algunos de los cuales, a su vez, fundamos UPyD), en las cuentas vidriosas de Bárcenas, en su reconocido fraude fiscal y en las irregularidades de financiación de los partidos políticos. En fin, tratan de convertir nuestro capítulo de la lucha cívica contra ETA en otro episodio más de corrupción. No vamos a extrañarnos a estas alturas de cosas así, por desgracia de lo más corriente. Al fin y al cabo, sobran precedentes, como los plumillas abertzales y asociados que ya entonces, cuando ETA mataba, trataban de tapar su complicidad pasiva con el terrorismo nacionalista acusándonos de oscuros beneficios personales a los que sí luchábamos contra esa peste. Por lo visto debíamos dejarnos matar mansamente y, a ser posible, que fuera sin mucho ruido para no perturbar la delicada conciencia de esas almas bellas.

Sin embargo, no hay nada que ocultar al respecto. Es posible que Luis Bárcenas ingresara, efectivamente, esos 3000 euros en la cuenta corriente que Basta Ya tenía abierta en un banco español (y cuyos movimientos, por supuesto, puede reclamar cualquier juzgado si lo considera necesario). Sólo sería otro entre miles de donantes anónimos o con nombre, el suyo o ficticio, que quisieron echar una mano a Basta Ya. Además de esas aportaciones vía donativo por cuenta corriente, muchas personas preferían dar veinte euros, pongamos por caso, en el propio acto de nuestro colectivo cívico al que asistían. Porque alquilar una sala de hotel o un polideportivo para celebrar un acto público, o hacer un anuncio de prensa convocando una manifestación, o editar un informe, son cosas que cuestan dinero (mucho más de 3000 euros casi siempre, por cierto) y de alguna parte debía salir. Y salió de los bolsillos de los miembros de Basta Ya y del de miles de personas.

Alguno podría reprocharnos que no utilizáramos medios discretos de financiación que con el tiempo han dejado menor huella, como la extorsión sistemática practicada por ETA y su entorno, pero resulta que Basta Ya nació, precisamente, para oponerse a cualquier forma de chantaje y violencia política. Por eso estábamos obligados a pasar la boina a la ciudadanía, que supo responder a la petición. Naturalmente, a cambio de discreción por nuestra parte. No se trataba de facilitar las cosas a ETA y sus tentáculos de la kale borroka, haciendo públicos los nombres de quienes aportaban su óbolo para que pudieran más fácilmente amenazarles, atacar sus bienes o a ellos mismos y sus familias. Quizás alguien lo encuentre poco transparente, pero los movimientos de resistencia, y el nuestro lo fue, están obligados a cierta discreción sobre sus apoyos.

Eso también los hace menos eficaces: ETA y sus sicarios manejaron y manejan muchísimo más dinero, no de «cajas B» sino de la extorsión y prevaricación, y lo usaban para chantajear, perseguir, atentar y matar a sus enemigos políticos y a quien se pusiera por delante, pese a lo cual hoy se nos pretende convencer de que sus herederos de Amaiur, Bildu y demás patulea son gente honorable y honrada, a la vez que se trata de enfangar a sus víctimas como beneficiarios de la corrupción (naturalmente, esto lo hacen sujetos y entidades que sí encubrieron o se beneficiaron de la corrupción realmente existente).

Todas esas ayudas, anónimas en su mayoría, eran finalmente reunidas por los miembros de Basta Ya y empleadas en nuestras actividades ordinarias: manifestaciones, actos públicos, publicación de informes y de una pequeña revista, y viajes para explicar la situación creada por el terrorismo en el País Vasco en organismos internacionales de Derechos Humanos (por los que enviados de ETA se paseaban hasta entonces como Pedro por su casa, justificando que se les obligara a asesinar a personas al ver rechazadas sus modestas peticiones). Por lo demás, mantuvimos varios años una pequeña oficina abierta en San Sebastián (creo que entre 2002 y 2005), con un responsable para atenderla y organizar toda nuestra abundante actividad. En definitiva, nuestros gastos fijos consistían en el pago del alquiler de la oficina, la remuneración de la persona que la atendía, nuestra muy activa página web y un boletín mensual llamado “Hasta Aquí”. Todo lo demás que se reunía iba dedicado a actividades de diverso tipo con un único objetivo: luchar contra ETA y la persecución política. Por eso muchos fuimos amenazados y perseguidos, otros sufrieron atentados y algunos perdieron la vida.

La mayor donación que recibimos nunca fueron los 50.000 euros (ayer puse 8.000 euros por error) del Premio Shajarov del Parlamento Europeo, que ganamos en 2001, y del que vivimos más de un año. Si alguien está interesado en conocer más a fondo cómo y por qué nacimos, lo explico en Movimientos Cívicos, de la calle al Parlamento.

Por tanto, es perfectamente posible que Luis Bárcenas hiciera ese ingreso, a su nombre o bajo otro o anónimamente, como hicieron miles de ciudadanos a los que sigo profundamente agradecido por compartir con nosotros aquello años durísimos, ayudar con lo que podían y compartir en parte los riesgos, aunque fuera moralmente.

Aprovecho la ocasión para reiterar mi agradecimiento a todos ellos, rememorar aquellos años inolvidables en los que con su ayuda conseguimos llenar las calles o recintos de manifestaciones nunca vistas contra ETA, tanto por su magnitud como por la claridad del mensaje, y por supuesto a los que se dejaron literalmente la vida en aquel compromiso ético y político, como los concejales socialistas y populares asesinados entonces por ETA que también eran miembros activos de Basta Ya, nuestro amigo José Luis López de Lacalle y uno de nuestros activistas fundamentales e inolvidables, Joseba Pagazaurtundua. Gracias a todos ellos ahora discutimos cómo acabar definitivamente con ETA. El heroísmo ya no es necesario porque ellos sí lo tuvieron.

P.D.: dicho todo esto, es lamentable volver a constatar que el diario El País, y otros medios desde la extrema derecha a la extrema izquierda, vuelven a mentir al titular que yo he «reconocido» haber recibido dinero de Bárcenas, cosa que como explico es sencillamente imposible de saber y, en cualquier caso, no hubiera sido sino otro donativo entre miles, todos no sólo legales sino ética y políticamente dignos de aplauso. Que quienes han amparado, justificado y usado la corrupción para sus propios fines vengan ahora poniendo contra nosotros el ventilador de su propia basura acumulada es un hecho que señala otro fenómeno digno de reflexión: la corrupción mediática, protegida legalmente por una práctica judicial particularmente benevolente con los delitos contra el honor de las personas (salvo si son jueces).

JosebaEstrasburgo

 

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25 comentarios a “Cómo se financió Basta Ya (y a qué dedicamos ese dinero)”

  1. Eme Navarro dice:

    Buena explicación, pero solo una cosa para que sea redonda: «Sin embargo, no hay nada que ocultar al respecto. Es posible que Luis Bárcenas ingresara, efectivamente, esos 3000 euros en la cuenta corriente que Basta Ya tenía abierta en un banco español (y cuyos movimientos, por supuesto, puede reclamar cualquier juzgado si lo considera necesario).»
    Mejor que esos movimientos los hagáis públicos y os adelantéis al juez. Que lo bien hecho bien parece

  2. Domingo dice:

    Carlos, gracias por la explicación, pero sobraba, estaba claro que era otro bulo más de los radicales de ambos bandos.

  3. Carmen dice:

    Gracias Carlos: es una clara explicación. Es lógico ensuciar la imagen de lo poco horrado que queda en política…

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