La segunda Transición y el papel de UPyD
En 2007 muy pocos hablaban de que España sufría un modelo de “bipartidismo imperfecto” (dos partidos hegemónicos más uno o dos socios menores, normalmente nacionalistas) destinado a hundirse en la crisis política en cuanto hubiera serias dificultades económicas. Al menos entre los partidos políticos. Había uno, que es y era la entonces recién fundada UPyD; los problemas económicos comenzaron al año siguiente, entre negaciones similares. Muchos dudaban de nuestro pronóstico (por ejemplo, en esta entrevista de enero de 2008), hoy confirmado ampliamente. Pues bien, este año de 2014 es sin duda el del hundimiento del bipartidismo instaurado en la Transición (sobre todo desde que el PP sustituyó a UCD y AP), y también el del comienzo de algo nuevo: una segunda Transición política.
No importa mucho, o nada, que algunos de los que despreciaban nuestro acertado pronóstico -como despreciaron nuestro concepto posideológico de transversalidad, que ahora reclama, poco creíble, el anticapitalista Pablo Iglesias- pretendan ahora hacerse pasar por anticipadores del acierto. La aparición de la impostura y la profecía retrospectiva (los que siempre aciertan el pasado) viene ocurriendo desde que tenemos memoria -en la Biblia la denuncia de los “falsos profetas” es un género clásico-, y eso da igual. De lo que se trata es que la misma lógica que nos condujo a anticipar la crisis del bipartidismo lleva a anunciar que comienza la segunda Transición.
Encuestas en crisis
La publicación de la encuesta del CIS del mes de octubre ha confirmado algunos fenómenos anticipados por las elecciones europeas de mayo. Ambos, encuestas y elecciones europeas, son indicadores peculiares que deben tomarse con cautela, pero sin duda expresan movimientos políticos relevantes. En este caso, de un cambio de ciclo histórico. Por tanto, y con todas las precauciones, de entre la lluvia de datos numéricos de la encuesta del CIS podemos extraer algunas evidencias.
La primera evidencia es que Podemos se ha constituido como la principal alternativa de referencia para la gente que odia a los partidos del sistema. Podemos se ha constituido en una especie de “partido de la venganza”. Pesca votos en todos los caladeros y no por su programa, por la personalidad de su líder ni por esas historias de genialidad que se les atribuyen, sino porque dicen muchas cosas simples que la gente quiere oír y han contado con un enorme e impagable altavoz mediático, proporcionado por los grandes grupos de TV privadas más atentas a la lógica del espectáculo para la gran audiencia que interesadas en el debate político. ¡El gran Guy Debord estaría encantado!
La combinación de populismo o política de denuncias sin soluciones concretas a los problemas denunciados, y de bombardeo mediático favorable, es el secreto del éxito de Podemos. Pero no el de su origen, que no es otro que el hundimiento del bipartidismo debido a la explosiva mezcla de corrupción sistémica y crisis económica interminable, y el enorme hueco que éste ha ido abriendo a fuerzas externas al sistema de partidos, y en particular a la más televisiva.
Los líderes de Podemos se cuidan mucho de pronunciarse sobre cualquier asunto complejo o que pueda dividir a su electorado potencial, que procede tanto del PP como de IU. Su único temor es a equivocarse, y como rara vez se les pide un programa auténtico, pueden refugiarse en la ambigüedad o el silencio. Sin duda es una forma muy conocida del éxito político: en boca cerrada no entran moscas, y mientras señalas con el dedo a los culpables no tienes que enseñar soluciones ni ponerlas en práctica.
Bipartidismo irrecuperable y Estado en crisis
La segunda evidencia es que la caída del PP y PSOE, que se quedan en torno al 20% de voto tras pasar por la cocina demoscópica del CIS, es de difícil recuperación a corto y medio plazo, o quizás nunca. En un sistema parlamentario es muy complicado que un partido por debajo del 25% de los votos llegue a gobernar, si no es en complicadas coaliciones que, en este caso, deberían incorporar a Podemos o adoptar la forma de “gran coalición” PP-PSOE, agravando el rechazo ciudadano a una gestión desastrosa. Pero lo más importante es que esta pérdida de apoyos amenaza con arrastrar el modelo de Estado edificado en la Transición.
Como los partidos del régimen se han negado siempre a iniciar reformas constitucionales para proteger al Estado de la inestabilidad política permanente que produce el diseño territorial autonómico y el sobrepeso del nacionalismo, ahora estaremos en peores condiciones para afrontar una reforma constitucional tranquila y bien pensada. Ni siquiera es fácil que esa reforma se resuelva sin tropiezos en un proceso constituyente ordinario.
No es imposible que la imposibilidad de cerrar grandes acuerdos y formar mayorías parlamentarias suficientes conduzca a una situación donde se imponga repetir las elecciones en un par de años, provocando nuevos cambios del mapa de partidos y nuevos ascensos y descensos del apoyo electoral. Como además la crisis económica está lejos de haberse resuelto y tendremos paro, desigualdad y pobreza por bastantes años, lo previsible es que esta transformación política se produzca bajo una presión social elevada. A la que hay que añadir la presión del nacionalismo secesionista, que encontrará en esta descomposición nuevas oportunidades para sacar adelante sus iniciativas separatistas.
¿Hacia dónde vamos?
Lejos de asistir a un fin de época resuelto en una especie de “tripartidismo” inestable (PP, Podemos y PSOE, más los partidos menores), todo invita a pensar que vivimos una transición hacia un sistema diferente, donde partidos a los que ahora se les considera desplazados por el nuevo populismo, como nuestra UPyD, tendrán un papel mucho más relevante de lo que puede anticiparse ahora a pie de encuesta, siempre que conservemos y mejoremos nuestras cualidades políticas y acertemos a superar el indudable problema de comunicación política que conduce a que muchos ciudadanos, que piden políticas semejantes a las de UPyD, ignoren que ya las hemos trabajado y presentado en las instituciones. Sin duda hay que trabajar con una mentalidad más proactiva, participativa y abierta, analizar errores e insuficiencias y poner manos a la obra en sus soluciones. La razón de ese papel es muy básica: precisamente una crisis como la actual exige un verdadero proyecto de Estado democrático avanzado, que no sea ni repetición lampedusiana del anterior ni aventura populista. Y ese proyecto, hoy, solo lo tiene UPyD. Es cosa de tiempo y perseverancia que se abra camino, y no para imponerse sino para promover un verdadero debate constitucional.
Existe, por supuesto, una muy humana tendencia a protestar por la injusticia e ingratitud de que obtengan un apoyo creciente quienes poco o nada han hecho para mejorar la democracia tan imperfecta pero real que tenemos, más allá de llenar horarios de televisión y lanzar consignas y soflamas bien escogidas por su impacto emocional. Podemos es, por lo demás, un partido que deberá definirse en la práctica, más allá de la denuncia de todos y de todo; aún no se ha hecho merecedor de ningún reproche como los ganados por PP y PSOE, y también por IU, pero sin duda pronto se ganará sus críticas y roces con la dura realidad.
Pero pedir justicia y gratitud a la historia es pedir peras al olmo. No fue Henry Ford quien inventó el automóvil, pero si quien primero hizo una fortuna con él gracias a un imperio industrial basado en dos fórmulas exitosas: la cadena de montaje y el coche barato. Que, por cierto, el cliente podía elegir de cualquier color siempre que fuera negro. Como alguna marca política de mucho éxito actual.
Aunque me asustan las redes sociales por el anonimato que las dominan, donde cada cual da rienda suelta a sus frustraciones personales corporativas, partidistas, etc. sin respetar al prójimo ni, frecuentemente, las reglas de buena educación, me parece que lo que hace falta en UPyD es potenciar un buen equipo que utilice las redes sociales para inundarlas de su postura, que por sólida es poco difundida en internet frente a los populismos vacíos de contenido o los dogmáticos argumentos de tertulianos televisivos.
Efectivamente el poder de los medios de comunicacion es sumamente poderoso en la sociedad de hoy en dia. Estoy de acuerdo que upd, debe difundir sus propuestas, ideas y programas en las redes sociales de una manera masiva y tambien participar en los medios de comunicacion de alta audiencia.
Tambien es cierto, que determinados medios han querido siempre silenciar la voz de upd, y la cantidad de buenas propuestas que han sido rechazadas en sede parlamentaria, y que ahora determinada formacion populista propugna, como la independencia del poder judicial, rechazo del los aforamientos….etc.
Tambien habria que utilizar un lenguaje llano, de sencilla comprension que cale y llegue de una manera transparente a los ciudadanos, para que conozca nuestros propositos, a lo cuales, nos podemos sentir limpios de corrupcion y escandalos que manchan la credibilidad politica, de quienes son decentes.
Bueno ciertamente algunos episodios recientes nos han tocado algo la marca del partido, pero estoy de acuerdo con que esto es una carrera de fondo.
En algunas causas no tenemos mucho que hacer, como la irrupción de Podemos pero en otras sí. Y comento esquemáticamente mi opinión:
1) Respecto a la fusión con Ciudadanos yo me alineo con los que lo ven con algo de escepticismo. Uno ha sido testigo de toda la democracia y he comprobado cómo aquellos partidos cuya marca (la marca, lo más importante para las personas y para los partidos, la imagen que damos ante los demás) se ha diluido en agrupaciones ha acabado diluyéndose. El primer ejemplo fue Ucd pero puedo aportar varios más. Las agrupaciones suelen ser pan para hoy y hambre para mañana.
2) Respecto a la política del partido. Creo que nos hemos centrado en exceso en aspectos que nos han dado una imagen de buenos gestores pero a cambio de dejar a un lado las propuestas más «revolucionarias» nuestras (regeneración, fraude fiscal, sistema electoral, dos legislaturas, financiación autonómica …). Otro aspecto es que el hecho de tener presencia en autonomías y municipios quizás haya diludído también nuestro sentido fundamentalmente nacional. Hemos mejorado nuestra imagen de buenos gestores pero hemos perdido «chispa».
3) Y respecto a la salida de Sosa Wagner parece claro que tampoco nos ha beneficiado, máxime por habernos sucedido en período poslectoral no brillante. Mi impresión como afiliado de base es que todos pudieron haberlo hecho mejor, sin especiales esfuerzos. Desde Sosa hasta el último eurodiputado que le sustituyó, pasando por otras conocidas intervenciones entre medio. Sin duda una de las características de Upyd es una dirección fuerte, siempre lo ha sido así, y eso me parece un valor, sin disciplina no hubiéramos sobrevivido 8 años. Pero en esta ocasión creo que ha habido algún exceso que no sería malo reconocer de alguna forma ante la afiliación, lo cortés no quita lo valiente.
Pero volviendo al resumen, esto es una carrera de fondo y yo por mi parte asumo que no siempre las cosas nos salen perfectas.
Animo a todos!
Saludos
Es muy optimista pensar que a base de tiempo, buenas cualidades políticas y perseverancia, UPyD logrará ser más relevante. Eso podría ser si por medio no se desequilibra completamente el sistema, que en precisamente lo que tiene una gran probabilidad de suceder en situaciones de gran tensión como ésta. Da la sensación de que la idea es que, tras múltiples ensayos de prueba y error, finalmente, el despistado votante descubrirá por fin que lo que buscaba estaba desde el principio en UPyD.
Lo que quiero decir es que no tenemos todo el tiempo del mundo para que ocurra eso, quizás ya no tenga nunca lugar, porque será demasiado tarde.
No estoy diciendo que haya que cejar en la perseverancia ni en las buenas cualidades políticas, pero sí va a haber que pensar en otras bazas más oportunistas, porque nos van a hacer falta todos los recursos posibles. Se trata de que sobreviva la única opción política con un buen proyecto futuro, y no sobreviven los mejores sino los que mejor se adaptan al medio. Es una lección de la ciencia que deberíamos tener muy en cuenta.
Otra cosa que me gustaría mencionar, es que cuando UPyD ahorra en campaña electoral y saca pecho de todo lo que le ahorra al ciudadano en propaganda, mailing electoral y demás derroches, en realidad, nos está saliendo mucho más caro a los ciudadanos que si UPyD tirase la casa por la ventana en publicidad. Es bien sencillo; los ciudadanos nos ahorraríamos cientos de miles de millones de gasto superfluo si UPyD llegase al gobierno, lo que nos interesa es que la publicidad de UPyD esté por todas partes y no al contrario. Es una inversión, no un derroche. Lamento tener que decirlo, pero este tipo de errores miopes en la dirección de UPyD son los que me sacan de quicio.
Y otro punto es el de el ser mucho más pro-activos. No me canso de repetirlo, el mensaje de UPyD es el más concienzudamente estudiado, trabajado, realista, conciso, directo, pero a la gente no le ilusiona. Los vídeos de UPyD, para que nos entendamos, son como el anuncio de Navidad del año pasado, que no conmueve y termina siendo objeto de mofa. Nos hace falta un anuncio de Navidad que emocione, tienen que ser vídeos GUAYS, exactamente lo que hacen los independentistas con sus vídeos, que los venden como la mejor de las fábulas. Nosotros sí tenemos los argumentos para hacer ese tipo de vídeos, pero por alguna razón que se me escapa, no se hacen. Los vídeos de UPyD son ñoños y grises. Este punto va en consonancia con el anterior: más vale gastar en promoción y publicidad que quedarnos de nuevo fuera del pastel desde el que poder gobernar.
Indispensable un Responsable de Comunicación Digital,un Diario/Radio/TV on-líne de prestigio y alguna acción cívica imposible de ocultar a los ciudadanos.
¿Sabías qué?…
¿Sabe la gente que UPyD se quedó sola pidiendo la supresión del aforamiento?
¿Saben que ha pedido la legalización del consumo de cannabis?
¿Saben que pide la dación en pago?
¿Saben que ha renunciado en más de en cien ocasiones a estar en consejos de cajas de ahorro?
Etc, etc, etc.
No, no lo saben.
Nuestro pato magenta se desgañita en su web y en su twitter, pero los que no le siguen, que suelen ser la mayoría de los de barrio, enchufan la radio o la tele y sólo aparece Pablo Iglesias. Cantando con Krahe, dándole un beso a la novia, o poniendo cara de cebollino muy seriamente.
Frente a esto, cada militante de UPyD tiene que ser un megáfono de dispersión de lo que hace UPyD. Pero si no hay una fuente que mane constantemente, el megáfono de cada simpatizante se queda en vocecita entrecortada. ¿Y cuál es la fuente? Pensaréis que sí la hay, en la web, pero no es verdad.
Cada día nos despertamos los ciudadanos con escándalos nuevos que parece ser dan más motivos para suicidarnos votando a Podemos o apoyando el independentismo, ignorando lo que sí hace UPyD contra todas estas calamidades. Y en la web lo que se hace es escribir un editorial sobre estos temas «candentes», el simpatizante va a la web, lo lee y se reafirma en lo que ya cree, pero no convence a nadie más.
Oigan, pongan un link en la web para descargar trípticos de actualidad con lo que sí hace UPyD, que poder imprimir para dejarlos en el bar de la esquina, en la peluquería, en el portal de casa, pero con periodicidad, cada semana uno por lo menos, y que todo simpatizante imprima aunque sea cincuenta de ellos y los meta en el buzón de los vecinos.
Es la misma técnica que durante el franquismo, pero así al menos se amplifica la señal. Sólo el editorial de la web o lo que se haga en las sedes no es suficiente porque, la gente que no es simpatizante no va a la web ni a las sedes, y eso es un hecho empíricamente demostrable. Se trata de atraerles o de que al menos se lo planteen.
Si Ciudadanos tiene alguna posibilidad de ocupar el espacio de UPyD fuera de Cataluña, es, ni más ni menos, porque no le hace ningún asco al oportunismo y a usar la baza ilusionante. Ejemplo: «Moviento ciudadano». Ese nombre tiene un empuje brutal.
No pido ni que UPyD se una a Ciudadanos ni nada, lo único que pido es que UPyD siga con su 9 en trasparencia y con sus buenas prácticas, pero que se suba también al carro oportunista e ilusionante. Que no pasa nada por eso, el oportunismo no es malo. Además de ser radical hay que parecerlo. Y ahora mismo UPyD es la más austera y mojigata de toda la clase.
Normalmente los del marketing político venden humo, lo único que pido es que con la buena mercancía que se tiene, se haga también mucho marketing político.
Menos hablar despectivamente del marketing político y más utilizarlo, porque nos hace mucha falta. Contratar buenos publicistas no es un gasto superfluo. Ahora mismo es una necesidad.
«UPyD da ejemplo de buenas prácticas y se ahorra no se cuántos millones en publicidad en la campaña electoral»
¿Ejemplo de buenas prácticas?!!!
Si UPyD tiene la oportunidad de eliminar las diputaciones, ¿cuántos miles de millones de euros ahorraría el Estado? ¿Es más o menos importante ese ahorro -que es sólo un pequeño ejemplo- o gastar tres millones de euros más en publicidad?
La publicidad no asegura votos, pero ayuda. Y necesitamos toda la ayuda posible porque del exterior no va a venir, al contrario.
¿Estamos contradiciendo los valores de UPyD si no se ahorra en campaña?
Pero bueno! ¿UPyD quiere ganar las elecciones, o sólo presentarse a ellas como el más impoluto de todos los partidos?
Porque resulta que la gente se apunta a los partidos ganadores, y para ganar hay que usar todos los recursos, también la publicidad canalla.
Otra cosa, yo lo de Ciudadanos lo veo como un reto. Desde el principio, UPyD quería condicionar con su ejemplo el comportamiento de otros partidos. La ideología de Ciudadanos parece similar a la de UPyD, pero en la práctica, los hechos y la transparencia de UPyD están a años luz por encima de Ciudadanos.
Tengo curiosidad por la capacidad de UPyD de mejorar las prácticas de un partido en teoría similar ideológicamente. Y para eso, a UPyD también le va a hacer falta parecer (y no sólo ser) un partido con posibilidades.
Digo que para condicionar a Ciudadanos, o al que sea, como siempre se ha pretendido, también le hace falta a UPyD usar el marketing. Porque si no parece una opción ganadora, no podrá condicionar a nadie.